lunes, 1 de agosto de 2011

Pensando.



Es extraño cuando quieres a alguien tanto pero no puedes decirlo porque no esta presente. Es casi como un sueño, algo irreal, no sabes adonde lanzar tus sentimientos o tus palabras llegas a dudar de ti y de lo que pasa y solo te queda lanzarlos a un vacío, esperando que pronto lo lea y sepa que sigues aquí, esperando, soñando y sobre todo anhelando que llegue el momento de ese primer abrazo, esa primera mirada. 
No cabe duda que los lazos que creamos con las personas  son especiales, y lo mejor  de cada lazo que creamos es que  nos aportan emociones y sentimientos  que nunca son iguales, es como mezclar cada sabor en un recipiente: ya fuese salado, dulce, agrio o acido, existen de todo tipo, nuestros sentidos nunca lo percibirán igual, nuestras reacciones nunca  serán  las mismas, y lo que  sigue después de tener estas relaciones  tan  únicas es impredecible y atemorizante, pero a final  de cuentas tenemos que arriesgarnos, lanzarnos a ese vacío y mientras caemos disfrutar del aire que toca nuestra cara y  roza con  nuestros pies, sentir como perdemos ante la ley de gravedad y dejar de desear  el poder aferrarnos a una rama o una grieta en el camino, por qué a final de cuentas.. la vida es corta y el camino siempre será impredecible.  


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